Los buenos ateos

18Abr11

Les paso un escrito de Benjamin Beit-Halahmi, investigador senior asociado en el Instituto de Estudio Secular del Trinity College, Hartford, Connecticut, Estados Unidos y profesor de psicología en la Universidad de Haifa , traducido por Anahí Seri de Rebelión que vi gracias al buen Edgar de Opinando Sobre el Mundo…

Fiu, ok, después de la aclaración y los créditos, ahí les va:

La pregunta es: ¿Qué puede decir la ciencia sobre el ateísmo?

¿Qué podemos decir acerca de las personas que son ateas o agnósticas, los que no comparten la tendencia común a creer en el mundo de los espíritus y en algunos espíritus que son mayores que los demás y controlan nuestros destinos? Un siglo de investigaciones nos puede servir de guía.

Los que no están afiliados a ninguna religión ha resultado que son personas más jóvenes, en su mayoría varones, con niveles de educación y de renta superior, más de izquierdas, pero también menos felices y más alienados de la sociedad más amplia. Estos son hallazgos hechos en EEUU, Australia y Canadá.

Algunso ateos se han criado sin educación religiosa; otros han decidido rechazar lo que se les había enseñado en la infancia. Los que proceden de hogares religiosos y han abandonado la religión han tenido unas relaciones más distantes con sus padres, y son más intelectuales.

La irreligiosidad está correlacionada con una tendencia política más de izquierdas, y con el hecho de tener menos prejuicios.

Los estudiantes radicales que formaban parte del Free Speech Movement (“Movimiento de libertad de expresión”) en la Universidad de California, en Berkeley, en 1964 (que dio lugar a las revueltas de los 60 en los campus americanos) tenían mayor probabilidad de proceder de familias identificadas como judías, agnósticas o ateas.

Hace ya tiempo que se demostró que es falso que los ateos sean más inmorales o menos honrados. Los estudios que se han centrado en la disposición a ayudar a los demás, o en la honradez, pusieron de manifiesto que los que destacan son los ateos, no los creyentes. Cuando se trata de violencia y de delitos, se ha comprobado, desde que comenzó la criminología, y a partir de datos sobre la adscripción religiosa de los delincuentes, que las personas no creyentes y no adscritas a ninguna confesión tienen una tasa de delincuencia inferior.

Comenzando en el año 1925, LM Terman y sus colegas estudiaron a 1.528 jóvenes brillantes de California, que tenían un CI superior a 140 y unos 12 años. Se hizo un seguimiento de por vida de miembros de este grupo, y todos ellos resultaron ser no creyentes. Los estudios sobre la religiosidad de los científicos y académicos han mostrado que éstos tienen bajos niveles de religiosidad, y que entre ellos prevalece el ateísmo. Además, los científicos más eminentes son menos religiosos que los demás.

En los años 90 se repitieron los estudios que se habían llevado a cabo en 1914 y en 1933 sobre científicos en ejercicio y científicos eminentes. En primer lugar, una muestra aleatoria extraída de hombres y mujeres científicos en EEUU mostró que el 60% eran no creyentes. Luego se envío un cuestionario a 517 miembros de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU, concretamente a biólogos, matemáticos, físicos y astrónomos. Muchos miembros de la Academia Nacional son premios Nobel. Respondieron al cuestionario algo más de la mitad.

Los resultados pusieron de manifiesto que el porcentaje de quienes creen en un dios personal representaba, entre los científicos más eminentes, un 27,7% en 1914, un 15% en 1933 y un 7% en 1998. La creencia en la inmortalidad personal era algo superior.: el 35,2 % en 1914, el 18% en 1933 y el 7,9% en 1998.

Estos hallazgos muestran, en primer lugar, que entre los científicos de primera fila, el proceso de apartarse de la religión ha ido a más, y en segundo lugar, que en EEUU, los científicos más eminentes, entre quienes sólo el 7% cree en un dios personal, van contra corriente de la población general, pues aquí el porcentaje correspondiente es de aproximadamente el 90%.

Podemos concluir que el ateo típici en la sociedad occidental es una persona que tiene mayor probabilidad de ser varón y de educación superior.
¿Se puede hablar de una personalidad atea? Se puede ofrecer un perfil psicológico provisional. Podemos afirmar que los ateos resultan ser menos autoritarios y sugestionables, menos dogmáticos, con menos prejuicios, más tolerantes hacia las demás personas, respetuosos de la Ley, más caritativos, concienzudos y cultos. Son inteligentes, y muchos se dedican a una vida intelectual y académica.

Aquí está el original en inglés.



6 Responses to “Los buenos ateos”

  1. Datos objetivos, resultado de estudios estadísticos. Que cada quien saque sus conclusiones.
    Gracias, LaMerry

  2. Esta bueno el Articulo.
    este esta mucho mejor http://goo.gl/O3iOR No manches así ya no habrá debates XD.

    Solo una cosa, del articulo de Benjamin Beit hay algo que me alarma
    «Los que no están afiliados a ninguna religión ha resultado que son personas más jóvenes, en su (mayoría varones)»
    No miente, tengo datos que demuestran que la mujer tiende a ser mas creyente religiosa, o a dedicarse a cosas esotéricas, como eso de «manejo de energías» «conspiraciones» y demás magufadas.

    Tu como mujer ¿que opinas de eso?.

    • Fíjate que como mujer se me hace muy muy muy triste. Porque si vemos objetivamente en la mayoría de las religiones la mujer es la más jodida, es la más impura, la menos valiosa, la más tonta… Da tristeza ver que muchas mujeres son bien devotas y que o no se dan cuenta del lugar que les ponen o no lo quieren ver.
      Yo como mujer me aprecio mucho y no es vanidad, es autoestima, no puedo estar en una congregación donde me vean como un ser inferior, no las entiendo. Quizá es la cultura de resignación femenina, quizá simplemente no lo ven, quizá en su iglesia nomás les dicen lo bonito o esconden lo demás…
      Otra cosa, dicen que las mujeres se dejan llevar más por sus sentimientos («creo en dios/energía/brujería porque lo siento») que los hombres. Quién sabe…

      • Es una consecuencia de siglos (si no milenios) de educación machista. Se enseña a alguien desde la infancia que es inferior, que está para servir a los demás, que no tiene derecho a pensar, que es torpe, débil y solo sirve para hablar tonterías, y cuando crece actúa en consecuencia de ese lavado de cerebro. Lamentable que las propias mujeres sean casi siempre cómplices del machismo que las humilla. Pero es muy difícil liberarse de prejuicios inculcados desde la infancia y desde todos los ángulos de la «cultura». Afortunadamente, al menos en Occidente las cosas estás cambiando ya desde hace tiempo, pero todavía falta mucho por hacer (y no digamos en el resto del mundo).
        En mis 40 años de profesor en varias asignaturas, dentro y fuera de la universidad (no soy tan viejo, ojo, es que empecé muy joven) no he visto nunca ninguna diferencia en inteligencia, ingenio, creatividad, capacidad, constancia, etc, entre hombres y mujeres. De hecho, he conocido muchas mujeres, jóvenes y mayores, más capaces que el resto de su grupo, formado tanto por mujeres como por hombres.
        Creo que es responsabilidad de todos disipar viejos prejuicios que perjudican a toda la sociedad, pero en todo caso solo dejan mal al machista. Ése sí que es un ser inferior, por no entender cosas tan claras y evidentes que, además, ha tenido siempre delante de las narices.

  3. Post Data: Mi anterior comentario incluye, por supuesto, a la iglesia católica, encarnación del más puro machismo milenario, y que sigue siéndolo.

    • 6 Edgar

      Claro! Igual hay un adoctrinamiento cultural que las propias mujeres se imponen y se lo imponen a otras, como eso de la Moda, el fen chui, vegetarianismo, y demás contenidos de programa matutino de TV.

      No se incentiva la imagen de la mujer inteligente, la mujer científica, la mujer que rompe todos los esquemas clásicos.


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